Ayer, 15 de octubre, estuvimos actuando en el Pazo de Villarés, en Gondomar, un lugar donde la arquitectura, los árboles y las vistas al verde valle hicieron que la música fluyera como un manantial burbujeante, transparente y juguetón.
Estuvimos celebrando con Olga y Antonio, su familia y amigos "que cincuenta años no es nada..."
Valeria y Raúl bailaron, compartiendo pista con experimentados danzarines de afición que se encontraban entre los invitados.
El duende de la música se mezcló con las meigas de la ilusión, la alegría y la sentimentalidad, trasladándonos a un encuentro de emoción desbordante.
Queremos agradecer a Olga, Antonio y familia, así como a todos los que contribuyeron a que la fiesta fuera inovidable, por dejarnos contribuir al éxito de este entrañable evento.
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